ÁNODOS DE SACRIFICIO

Una de las patologías más frecuentes que nos podemos encontrar en estructuras de hormigón es la corrosión del acero por la contaminación con cloruros o por la carbonatación.

Cuando se produce la corrosión del acero del hormigón, los productos que se generan, producen esfuerzos y presiones que generan grietas y fisuras. Si esta corrosión no se controla, el hormigón continuará deteriorándose y podría ocasionar problemas mayores o incluso la necesidad de reemplazar completamente la estructura. Los ánodos de sacrificio, son el componente principal de un sistema de protección catódica galvánica que se utiliza para proteger contra la corrosión las estructuras metálicas enterradas o sumergidas.

Están hechos de una aleación metálica con mayor tendencia a la oxidación que el metal de la estructura a proteger, como bien dice su nombre, se sacrifican, se corroe preservando la estructura a conservar.